Desde aquel 1 de mayo, Tamburello enmudeció. Es impresionante ir a esa curva donde se encuentra la escultura del piloto brasileño, porque el silencio es tan ensordecedor que te congela el alma.
Ayrton Senna fue tricampeón del mundo en once temporadas que participó en el gran circo y sumó un total de 41 victorias, 65 poles y 80 vueltas rápidas, datos que lo catalogaron de leyenda.
Por desgracia, no pudo seguir sumando récords a su palmarés y fallecía a consecuencia de un fuerte accidente en Italia durante una carrera. Ese día, 1 de mayo, marcó a toda una generación que adoraba a Senna por su forma de pilotar. Daba igual las poles, victorias o títulos que tuviera, bastaba verle pilotar para saber que tenía un don sobrenatural capaz de hacer vibrar a los aficionados. Es por eso que lo recordamos, porque lo peor que le puede pasar a una persona es caer en el olvido. Mientras los aficionados sigan recordándolo, su legado se mantendrá vivo.
#SennaSempre
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