lunes, 29 de abril de 2019

El arte del engaño


Bakú siempre ha aportado en ciclos anteriores el caos necesario para deleitarnos con la que suele ser la carrera más impredecible del Mundial. Aunque, este pasado domingo se desvaneció ante nosotros el torbellino de emociones y nos dejó un sosegado GP -donde ocurrió bien poco-.

Que el momento de máxima emoción fuera el toque entre Kvyat y Ricciardo marcha atrás, denota el nivel de la carrera. ¿Dónde estaba el infierno que nos tiene acostumbrados Azerbaiyán? Tal vez, se quedó en el box de Ferrari atormentando a Mattia Binotto. Al director de la escudería italiana no paran de crecerle los enanos y tan sólo puede contemplar cómo pasa el tren del Mundial de 2019, sin poder montarse a él.

Ferrari ha entrado en un juego de dinámicas que tiene difícil salida. ¿En qué consiste? El viernes Ferrari sorprende con sus ritmos, mientras Mercedes se queda lejos de ellos. Esta situación hace que periodistas, expertos y aficionados perfilen a los italianos como los favoritos del GP -diciendo que esta vez sí ganaran los de rojo-, eliminando de la competencia a las "invisibles" flechas plateadas.

Ahora bien, cuando empieza el fuego real el sábado -la Qualy- Mercedes renace como el Ave Fénix de entre sus cenizas dejando KO a los que visten de rojo cada fin de semana. Con esta capacidad de jugar a los trileros y ser unos artistas del engaño y el enredo, suman ya tres dobletes en clasificación y cuatro en carrera -74 puntos de distancia en el Mundial de Constructores-. Un agujero negro en favor de los alemanes que consiguen, cada fin de semana, absorber el máximo de puntos posibles.


"Ferrari sigue derrotado en Azerbaiyán" publicaba la Stampa para calificar el GP vivido. "Sebastian Vettel se ha convertido en un campeón de la regularidad, para bien o para mal, en el sentido de que no ha arriesgado nada y se ha conformado con los puntos" publicaba la Republica. Una situación que lleva criticando la prensa italiana desde el GP de Australia, viendo como se marcha un año más y la sequía italiana prosigue.

Ante esta situación Toto Wolff apuntaba que "Leclerc ha sido el más rápido del fin de semana". ¿Todavía no se ha enterado de la película o solo quiere hacer más leña del árbol caído? Esta claro que Mercedes ha adoptado desde los Test de invierno en Barcelona la técnica de poner la presión al otro, lo que se conoce como lanzar la pelota al tejado contrario. De esta forma trabajan sin la presión de ser los favoritos -aunque todos sabemos que realmente lo son-.

Ferrari se desangra y navega a la deriva. No solo están perdiendo la batalla por el Mundial, si no que tampoco se muestran unidos. La guerra interna por el liderato del equipo es otro de los focos de conflicto con los que tiene que lidiar Binotto.

Quien sabe, tal vez, el único alivio durante el fin de semana para el director de Ferrari fue ver como el joven Leclerc estrellaba su monoplaza contra el muro de la curva 8 en un afán de querer marcar territorio incluso en Q2. Ese error que costaba -tal vez la segunda Pole- evitaba al director italiano tomar una orden de equipo en favor del alemán durante la carrera, lo que hubiera provocado una nueva lluvia de críticas entre público y prensa -y con la falta de rendimiento ya tienen suficiente-.

Próxima parada del tren 2019, Barcelona. Quizá el regreso al escenario donde empezó la temporada, aporte una dosis de confianza en el equipo italiano y gire las tornas de un Mundial ya encarado al color plateado de Mercedes.


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