lunes, 7 de junio de 2021

Un guion de película


¿Alguien ha conseguido recuperarse de la carrera de ayer? Por lo que a mí respeta, sigo igual de impactada y sorprendida que minutos después de que ondeara la bandera a cuadros en Bakú. El GP de Azerbaiyán nos regaló un doble giro de guion que nadie esperaba y la resaca post carrera nos deja con mucho que analizar y reflexionar. 

Cuando parecía una carrera aburrida...

Hasta el ecuador de la carrera pasó bien poco. Fue una salida limpia donde Leclerc mantuvo el liderato y Hamilton cubrió el hueco para defenderse de Verstappen. Aún así, con el paso de las vueltas el monegasco defendió tímidamente la primera posición y acabó cediendo posiciones hasta la entrada en boxes (una parada muy temprana que lo sacó en zona de tráfico). 

Hamilton lideraba y los Red Bull le perseguían. Aunque, las bebidas energéticas fueron competitivas a nivel estratégico, como nos tienen acostumbrados, y le arrebataron la primera posición al 44. Una parada lenta de Mercedes sumado al tráfico provocado por Gasly en el box, cedió en bandeja de plata el doblete a Red Bull.  

Hamilton quedaba tercero, sin entender nada, y empezaba su persecución con Checo. A todo ello, Verstappen se escapaba en el liderato. 

Primer giro de guion: Verstappen 0

Entonces llegó el primer sobresalto. Los Pirelli de Stroll ya avisaron de que un exceso de vueltas en pista podría acabar con un reventón. Solo algunos pilotos fuera del TOP10 entraron, entre ellos, Alonso. Los de cabeza ignoraron el aviso. Incluso la FIA empezó a mostrar gráficos de la vida útil de las gomas (dando en algunos casos un 10%). La audiencia ignoró -nadie se fía mucho de esos datos-. Hasta que vimos a Verstappen cruzado en la recta principal. 

De 25+1 puntos a 0. Giro de guion. Como diría el periodista deportivo Francesc Latorre: "golpe de teatro". De pasar a sacarle 11 puntos más a poder salir con 14 de desventaja con un Hamilton segundo. La rabia de Verstappen era palpable al verle patear el neumático reventado. Desolación. Este deporte es así.

 

Una manzana envenenada

Y, cuando parecía, que estaba todo sentenciado. El accidente de Verstappen había sucedido a falta de cinco vueltas y muchos blasfemaban en redes sociales de la suerte del 44 -"que nunca le pasa nada"-. Michael Massi decidió sacar bandera roja y detener la carrera. Minutos después, la organización nos mostraba una conversación entre el equipo Red Bull y la FIA donde informaba que no había ningún dato que hubiera advertido del reventón y, presionaron de alguna forma por una bandera roja -al tener a Pérez en el liderato de la carrera-. 

Se vivieron minutos de tensión al no saber como iban a concluir esas últimas vueltas, hasta que decidieron que fuera una salida en parado con dos vueltas en el casillero. ¿Sorprendente? Sí. ¿Esperábamos lo que iba a pasar? No. 

Hamilton tenía la oportunidad de mantener la segunda plaza o, incluso, ganar -lo que sería aún más varapalo para Red Bull-. Él mismo decía que mejor no arriesgar que se podía perder mucho. Pues por hablar. Arriesgó en la salida. Fue a por Pérez y cometió un error. La barbacoa de sus frenos -parece que olvidó quitar un botón- provocó que se fuera recto, mientras el resto de coches trazaron la curva por donde era.

Y la oportunidad de oro, se convirtió en veneno. Le costó 18 puntos. Que mal ha envejecido sus declaraciones hace unas semanas que era el equipo quien tenía que aprender algunas lecciones. Este fin de semana, la lección la ha aprendido él. Decía que "humildad" en sus redes, pero Mercedes se marcha con un 0. Hamilton no se marchaba de un GP sin puntuar desde España 2013. Red Bull le mordisquea 25 puntos en el Mundial de Escuderías. 

Ayer, Verstappen pudo perder mucho. Pero al final, la suerte le sonrío para que ambos contendientes al Mundial sumaran 0 puntos -como si Bakú no hubiera existido-. Tal vez, esa buena noticia hizo que viéramos más relajado al holandés y se acercara a celebrar el podio de Checo -recordemos que ganó la carrera- como lo hizo hace dos semanas Leclerc con Sainz. 

Vettel vuelve a sonreír

El podio estuvo protagonizado por pilotos que no son los de siempre. Checo Pérez firmó su segunda victoria en F1 y la primera con Red Bull. Una alegría desbordada, pese al 0 de Verstappen. Supo brillar y defender los intereses del equipo y asciende hasta la tercera plaza del Mundial. 

Estuvo también Vettel, quién volvió a sonreír tras conseguir el segundo cajón. Llegó a liderar durante unas vueltas la carrera, ya que alargó el stint de blandos más que sus rivales; supo mantenerse en el TOP5; y, firmó el mejor resultado de Aston Martin en F1. El alemán es el piloto con más puntos logrados en Bakú desde su estreno en 2016: 75 puntos. El público lo recompensó con el piloto del día y fueron muchos los pilotos que se acercaron a felicitarlo. 

Otro piloto que no pudo parar de sonreír era Gasly: clasificó alto (cuarto) y logró colarse en el podio (defendiéndolo con uñas y dientes ante los ataques de Leclerc y Norris en la resalida). 

Simplemente Magic Alonso

Fernando Alonso había protagonizado una carrera plana, incluso cayendo fuera de la zona de puntos durante unas largas vueltas. Aún así, en la resalida en parado tras el accidente estaba décimo y decidió que en dos vueltas era el momento de arriesgar -no le importaba perder el punto-. Y, nos deleitó con su mejor versión hasta escalar a la sexta plaza. Cerró muchas bocas que criticaban su falta de competitividad. Ya lo dije hace dos semanas, solo necesitaba acabar de adaptarse al Alpine. ¡Alonso está de vuelta!

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